¿PARA QUÉ SIRVE LA SCHISANDRA CHINENSIS?
La Schisandra puede influir positivamente en el eje hipotálamo-hipofisario-adrenal (HPA), el sistema clave en la regulación de la respuesta al estrés. Los estudios han demostrado que la planta ayuda a evitar la sobreactivación de este eje, lo que puede reducir los niveles crónicamente elevados de cortisol. Al regular los picos y descensos necesarios de cortisol, mejora tanto la resistencia física como mental, facilitando una mejor adaptación a períodos de estrés.
Esta planta también es conocida por sus potentes propiedades antioxidantes. El estrés crónico aumenta la producción de radicales libres, lo que puede dañar las células y tejidos. La Schisandra ayuda a mitigar este daño oxidativo, protegiendo el cuerpo de los efectos perjudiciales del estrés. Además, el cortisol, cuando se encuentra en niveles elevados debido al estrés crónico, puede generar resistencia al cortisol, lo que aumenta la inflamación y la disfunción inmune. Los antioxidantes presentes en la Schisandra desempeñan un papel importante en contrarrestar este desequilibrio, ayudando a reducir la inflamación crónica y la susceptibilidad a infecciones.
En resumen, la Schisandra chinensis es un potente adaptógeno que no solo apoya la regulación del estrés, sino que también protege el cuerpo de los daños provocados por el estrés crónico, favoreciendo un equilibrio más saludable en la respuesta hormonal y el sistema inmune.
SABÍAS QUÉ…
Esta planta tiene propiedades hepatoprotectoras que ayudan a desintoxicar el hígado y protegerlo de daños causados por toxinas o estrés oxidativo.
Esta planta adaptógena ayuda a mejorar la capacidad del cuerpo para resistir el cansancio y mejorar el rendimiento físico durante el ejercicio, siendo útil para atletas o personas activas.
CONTRAINDICACIONES:
No está indicada en el embarazo.
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