Adaptógenos: tus vitaminas contra el estrés.
¿Qué son los adaptógenos?
Son un conjunto de sustancias naturales que estimulan nuestra defensa contra los efectos que ocurren a nivel celular cuando estamos expuestos a diferentes formas de estrés.
Son reguladores metabólicos que aumentan la capacidad que tiene un organismo para adaptarse a los factores de estrés ambiental y, así, prevenir el daño que éstos pueden causar en nuestro organismo.
Así, los adaptógenos aumentan tu resistencia al estrés y disminuyen tu sensibilidad a los factores estresantes para que sus consecuencias en tu bienestar sean las mínimas posibles. Ejercen este efecto beneficioso gracias a la capacidad de estos compuestos de actuar reforzando nuestras defensas internas responsables de compensar las alteraciones corporales que se producen ante un estímulo estresante que actúa sobre nuestro cuerpo de manera crónica como: trabajo, conflictos personales, contaminación, disyuntores hormonales o por enfermedades. La principal propiedad de los adaptógenos es que ayudan al cuerpo a “ayudarse a sí mismo".
¿Para qué sirven los adaptógenos?
Un cuerpo sano mantiene un equilibrio entre el consumo y la disponibilidad de recursos, conocido como homeostasis, esencial para la vida. En situaciones de estrés, se activan procesos en el cerebro, específicamente en el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenales (HPA), para satisfacer la creciente demanda de recursos.
Normalmente, si el estrés no supera nuestras defensas, el equilibrio se restablece en un nivel más alto de actividad. Sin embargo, el estrés crónico puede desbordar estos mecanismos, donde los adaptógenos juegan un papel crucial.
Los adaptógenos refuerzan la capacidad del cuerpo para adaptarse a estresores ambientales, emocionales y físicos, ayudando a recuperar el equilibrio interno.
Lo logran estimulando la liberación del neuropéptido Y (NPY), que reduce la respuesta al estrés, y promoviendo la síntesis de proteínas de choque térmico (Hsp), las cuales protegen a las células del daño asociado al estrés crónico.
Los adaptógenos no solo ofrecen efectos terapéuticos específicos en trastornos relacionados con el estrés, sino que también pueden mejorar la calidad de vida cuando se utilizan como complementos en la terapia estándar de diversas enfermedades crónicas y condiciones patológicas, como la recuperación postquirúrgica, la astenia, la insuficiencia cardíaca congestiva, etc.
Además, podrían tener un uso potencial en trastornos asociados con la edad, como enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares.
Tipos de adaptógenos que pueden ayudarte a manejar el estrés
REISHI
Tiene un efecto regulador sobre el sistema nervioso central reduciendo la hiperactivación neuronal. Gracias a un terpenoide presente en él: ácido ganodérico. Además, los betaglucanos son capaces de optimizar la respuesta inmune frente a las infecciones.
Asimismo, los ácidos ganodéricos actúan como antioxidantes para reducir el estrés oxidativo y reconstruir tejidos dañados mejorando el dolor y la inflamación.
ELEUTEROCOCO
El eleuterococo puede ayudar a regular la actividad del eje HPA, que es el sistema central de respuesta al estrés del cuerpo. Al influir en este eje, el eleuterococo podría ayudar a normalizar los niveles de cortisol y otras hormonas del estrés (adrenalina y noradrenalina), que ven alterados sus ritmos normales de secreción como consecuencia del estrés crónico
Además, también se ha asociado este adaptógeno con un aumento de la resistencia física al mejorar el VO2max (indicador clave de la capacidad aeróbica y la eficiencia con la que el cuerpo puede suministrar y utilizar oxígeno durante la actividad física ) permitiendo al cuerpo manejar mejor las situaciones de estrés y por tanto reduciendo la fatiga asociada.
Asimismo, el eleutero puede tener algunos beneficios para el sistema inmunológico, especialmente en la reducción de la inmunosupresión inducida por el ejercicio.
SCHISANDRA
La Schisandra chinensis, es una planta medicinal utilizada en la medicina tradicional china para una variedad de propósitos, incluido el manejo del estrés. La evidencia científica actual sugiere que la Schisandra puede tener varios efectos beneficiosos en la respuesta al estrés y la función adaptogénica debido a sus componentes bioactivos, como los lignanos schisandrinas.
Se ha observado que la Schisandra puede ayudar a modular el exceso de activación del eje HPA evitando que se produzca una pérdida del ritmo normal del cortisol que haga que tengamos crónicamente niveles elevados, sin los descensos necesarios para descansar ni los picos necesarios para tener energía durante el día. Todo esto permite que la Schisandra mejore la resistencia física y mental en periodos de estrés.
Además, la Schisandra posee potentes propiedades antioxidantes, que pueden ayudar a proteger las células del daño causado por el estrés oxidativo. El estrés oxidativo se incrementa durante períodos de estrés crónico, y los antioxidantes pueden desempeñar un papel crucial en la mitigación de este daño.
Esto es importante porque, el estrés crónico hace que, si bien de manera aguda el cortisol (al igual que los corticoides) son antinflamatorios, cuando este estrés es crónico y genera un aumento crónico en los niveles de cortisol, que puede llevar a una “resistencia” al cortisol. Esto significa que el cuerpo no responde adecuadamente al cortisol, lo que puede resultar en una inflamación crónica y desregulación inmune.
Además, el estrés crónico puede alterar el equilibrio entre las citoquinas proinflamatorias y antiinflamatorias en virtud de las proinflamatorias. Por eso ante un estado de estrés crónico tenemos a ser más susceptibles a infecciones y situaciones antiinflamatorias
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